Gellida lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a conseguir que le robe horas al sueño, enganchado a una nueva historia llena de violencia, sexo e intriga protagonizada, esta vez, por la inspectora Sara Robles. Ayudada también, como no, por ese pelirrojo Sancho, con su filosofía de barra de bar (la más real) y su retranca. Gellida es el único autor de novela negra que es capaz de arrancarme una sonrisa (a veces, una carcajada), mientras leo alguno de sus relatos.
Agradecerle su referencia al inolvidable Carapocha y al inspector Bauer, capaz de todo lo mejor y de todo lo peor.
Una novela imprescindible para todos aquellos que aman la novela negra y la fina ironía. Espero que la disfrutéis.
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